miércoles, 22 de junio de 2016

Desde el salón de mi casa

No sé por qué, pero cuando me acosté ayer sabía que iba a ser distinto.
Al cerrar los ojos me encontré en un sitio sospechosamente parecido a este.

lunes, 13 de junio de 2016

Ven

Jamás hables de mí si no sabes que mis ojos esconden las estrofas de las canciones de un cantautor que empezaba con un "Papa cuéntame otra vez".
No me conoces.
Nunca sabrás si soy para tanto o para poco,
ni que ordeno la habitación cuando me siento caos.

No me conoces.
No sabes que tengo la estantería dividida en libros de mi infancia,
libros que jamás volvería a leer
y los libros de mi vida.
No sabes que entre Cicerón y Panero
guardo a Marx y a Engels.

No me conoces.
No sabes de dónde provienen mis heridas,
ni que no sé cicatrizar.
No entenderías que tardara en superar un puto año
una relación que duró poco menos de un mes.

No me conoces.
No sabes que escribo porque las palabras me arden en el pecho,
porque no quiero estallar,
porque no quiero empezar a abrirme,
porque no lo quiero manchar todo de dolor.
Que no hay detergente que saque esa basura de mi ropa.

No me conoces.
No sabes la impotencia que siento al vivir en esta sociedad en la que estamos tan solos.
No sabes la rabia que siento ni lo que lloro cuando vuelvo a encontrarme con la realidad de quienes intentan huir de la guerra
y se dan en la cara con la hipocresía de Occidente en forma de vallas y gas lacrimógeno.

No me conoces.
No sabes que mido el tiempo en canciones de día
y en cervezas de noche,
ni que cuando canto en público lo que quiero es acabar con todo.

No me conoces.
No sabes ni sé si entenderías algo de lo que escondo.
Pero, si quieres,
ven,
y te canto cada una de mis batallas.